VISITANDO A CHAVEZ

Este inmovil viajero nuevamente ha visto perturbada su inmovilidad y he tenido que embarcarme nuevamente en un avión, situación que ya he descrito hasta el hartazgo y por eso evitaré caer en repeticiones.

Me encuentro por segunda vez en mi vida en la República Bolivariana de Venezuela, aunque ahora vengo por mas días y mi estadía será en Caracas únicamente, bueno por lo menos hasta ahora, lo cual me permitirá quizás reconciliarme con esta tierra. De hecho he visto algunos cambios innegables, comenzando por el aeropuerto, el cual vi mucho mas cuidado y ordenado; en general la ciudad me parece bastante mas ordenada de lo que la recuerdo. Estar en el taxi me dio la posibilidad de observar nuevamente las calles y lo cierto es que se ve un poco mas de progreso, sobretodo en los vehículos que uno ve transitando por las pistas; muchas camionetas, de las grandes, de las gringas (Hummer, Avalanche y Dakota), cosa que me sorprende mucho en especial por el discurso político del actual presidente venezolano.

Otra cosa que me llama la antención, es que lo único barato en este país es la gasolina; ayer luego de llegar al hotel salí a comer algo y me fui a un sitio de comidas rápidas; bueno pues, ordené un Sanguche (carne y queso) y un milkshake, eso y sólo eso, la cuenta fue de USD 26; si amigos así como lo leen, 26 cocos por un pan con carne y queso y un vaso de leche con helado; de ahí para arriba todo. El taxi es inmanejable, por lo que me han comentado por que hasta ahora no he tenido que pagar uno. Hoy seguro saldré a comer algo y veré los precios en un restaurante de verdad, por decir algo.

La tele está plagada de programas políticos y todos a favor del gobierno, no he visto hasta ahora espacios disidentes, bueno por lo menos visibles; hay letreros por todos lados hablando de lo buena que es la Revolución Bolivariana (y su lider), me hace acordar a Cuba en ese sentido; veremos que mas veo sobre el particular; ahora, con las personas que he conversado no andan muy contentas con la gestión del gobierno.

Finalmente un aspecto maravilloso, la lluvia; salí a almorzar y mientras ingería mis sagrados alimentos arrancó una lluvia de padre y señor mio, un diluvio de lágrimas acompañadas de rayos y y eso da como resultado un espectáculo mucho mas que grato, eso le da un valor agregado a la ciudad; el problema viene cuando uno tiene cosas que hacer y se queda atrapado como una hora mas esperando que baje la intensidad para poder regresar; así y todo llegue hecho una sopa, pero son gajes del oficio.

Estaré unos días mas por acá, ya sabrán de mi.

Me desconecto.

Adeu…

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